La fiscalidad global se encuentra en el centro de la polémica internacional

La fiscalidad global se encuentra en el centro de la polémica internacional

La fiscalidad global se ha convertido en uno de los temas más controvertidos y debatidos en la escena internacional. A medida que las empresas multinacionales expanden su alcance y operan en múltiples países, surgen preocupaciones sobre la manera en que estas entidades pagan impuestos y el impacto que esto tiene en la economía global.

En los últimos años, se ha evidenciado una creciente disparidad entre los beneficios que obtienen las multinacionales y los impuestos que pagan en los diferentes países en los que operan. Este fenómeno ha despertado el descontento de los gobiernos y la opinión pública, ya que se cuestiona la equidad y la transparencia de los sistemas fiscales internacionales.

Las grandes corporaciones, aprovechándose de la complejidad de los reglamentos tributarios y los tratados internacionales, han encontrado fórmulas legales para minimizar sus obligaciones fiscales, trasladando sus beneficios hacia países con tasas impositivas más bajas o utilizando mecanismos de planificación fiscal agresiva. Esto ha generado una competencia entre los Estados por atraer a estas empresas, a menudo a expensas de su propia recaudación fiscal.

La falta de armonización y de coordinación entre los países para abordar esta problemática ha llevado a la proliferación de prácticas fiscales nocivas, erosionando las bases imponibles de las naciones y dificultando la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible establecidos por las Naciones Unidas. Del mismo modo, esta situación ha afectado negativamente a los países en desarrollo, que debido a su menor capacidad regulatoria, se ven aún más perjudicados por la elusión y la evasión fiscal de las grandes empresas.

Ante este panorama, han surgido diferentes propuestas para reformar la fiscalidad global y garantizar un sistema más justo y equitativo. Entre ellas, destaca la iniciativa encabezada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y conocida como «Proyecto de la Base Imponible y la Transferencia de Beneficios» (BEPS, por sus siglas en inglés).

El BEPS busca establecer normas internacionales para limitar las prácticas fiscales agresivas, mejorar la transparencia y rediseñar el sistema tributario de forma que se asignen los beneficios a los países donde se generan de forma efectiva. Esta iniciativa cuenta con el apoyo de numerosos países, aunque su implementación está encontrando obstáculos y resistencia por parte de las empresas multinacionales y los paraísos fiscales.

Es fundamental que los países trabajen de forma conjunta y coordinada para hacer frente a los retos que plantea la fiscalidad global. Esto implica fortalecer la cooperación internacional, fomentar la transparencia y la divulgación de información por parte de las empresas, así como establecer mecanismos más efectivos de fiscalización y sanción.

La fiscalidad global se encuentra en el centro de la polémica internacional y es un tema urgente que requiere una atención y una acción inmediatas. Los gobiernos y las organizaciones internacionales deben redoblar sus esfuerzos para garantizar que las empresas multinacionales paguen su justo impuesto y contribuyan al desarrollo sostenible de las naciones en las que operan. Solo así se podrá avanzar hacia un sistema fiscal más justo y equitativo, en el que todos los actores cumplan con sus responsabilidades tributarias de manera íntegra.

Nota express publicada por MediaStar | Agencia de Medios.


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